Por principios institucionales entendemos las máximas orientadoras de nuestras acciones y responden al interés general de la comunidad educativa. En ese orden de ideas, la Institución Educativa María Auxiliadora está orientada por los siguientes principios:
Educación inclusiva, equitativa y de calidad. buscará asegurar que todos los estudiantes, terminen la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos. Además, educar en la igualdad, ofreciendo entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos.
Educación humanista. Centrada en la persona, para hacer de ella un ser integral, con valores y principios claramente definidos. De tal manera que su accionar histórico en la sociedad, sirva para la grandeza del colectivo en el cual se desenvuelve. En este contexto, el compañerismo y la amistad son fundamentales en la institución. El liderazgo que queremos propiciar es el de personas capaces de generar empatía con su entorno, de aportar desde las cualidades particulares y de trabajar junto a otras en la transformación o el cuidado de sus ambientes, con un sentido crítico y autocrítico. Esta realidad se evidencia mediante un trato humano entre padres, maestros, estudiantes, directivas y empleados.
Educación en valores. Es un factor importantísimo para conseguir la calidad que propone nuestro sistema educativo. Consideramos el proceso educativo como una posibilidad para inculcar en las personas pautas morales que permitan crear sociedades más cívicas y democráticas. Por esta razón, buscamos educar en valores que promuevan la tolerancia y el entendimiento por encima de las diferencias políticas, culturales y religiosas, poniendo especial énfasis en la defensa de los derechos humanos,la protección de las minorías étnicas y de los colectivos más vulnerables, y la conservación del medio ambiente.
Educar con la familia.La familia es el primer contexto en el que un niño es educado, es escuela de amor y aprendizaje, por tanto, los padres son los primeros y principales responsables de su educación. Siendo así, pensamos que una acción educativa eficaz, especialmente en lo referente a valores, actitudes y hábitos de trabajo, requiere una estrecha coordinación entre la familia y la escuela. Es por ello, que le apostamos al fortalecimiento de las relaciones entre la familia y la escuela.
Educar en la diversidad y la pluralidad. Nuestra sociedad es plural y en ella conviven una multitud étnica, idiomas, culturas, religiones, clases sociales, entre otras. Todas sin excepción tienen los mismos derechos, incluido el derecho a la educación. Las personas deben recibir una educación que favorezca su cultura general y les permita, en condiciones de igualdad, la oportunidad de desarrollar sus aptitudes, su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social para llegar a ser miembros útiles y participativos de la sociedad.
Educación para la Paz, la no violencia y la convivencia. Los principios para una convivencia pacífica entre pueblos y grupos sociales se han convertido en un imperativo legal. Ahora se trata de conseguir que el derecho formal de la paz se convierta en un derecho real. Educar para la paz es una forma de enseñar en valores, la cual lleva implícita la justicia, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad y amor a la verdad.
Educar en apertura al mundo. La institución debe asegurar que todos los estudiantes adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible en cualquier lugar del planeta, lo que genera un compromiso de convivencia con las otras especies.